Muy temprano de un domingo al amanecer, iba yo bajando por la calle L entre 19 y 21 y un señor que paseaba me preguntó que como se visitaba el Vedado.
Le dije que él estaba en el Vedado y me expresó que quería ver edificios singulares, que cuáles yo le recomendaba.
Le dije que yo de arquitectura no sabía nada, pero que podía recomendarle algunos que a mí me gustaban mucho.
Resultó ser ese señor el arquitecto Óscar Niemeyer e hice con él una cierta amistad durante aquellos días creo que de la década de los 70’s, a finales.
Nos sentamos en un banco del parque que está en Línea y L, y allí ya anotó algunas recomendaciones de edificios que le hice, tanto del Vedado como de Miramar y de La Habana Vieja.
Luego lo conecté con un arquitecto argentino amigo mío que vivía en playa y que era profesor de arquitectura de la Ciudad Universitaria José Antonio Echeverría.
A partir de ahí no puedo contarles nada más, porque nunca más le vi.
Me pareció entender que estaba hospedado en el Hotel Habana Libre, pero realmente no recuerdo el detalle.
Algún día le envié algunos saludos, uno creo que con el que era ministro de Cultura de Brasil, muy amigo mío, quien era cineasta y qué estudió o enseñó en la Escuela de Cine y Latinoamericano de San Antonio de los Baños.
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