En 2016 ya ni se hablará de crisis, ni de prima de riesgo, el paro está por debajo del 20% y la esconomía estará creciendo en casi un 3% del PIB
Por Roberto A. Paneque Fonseca

Foto oficial del primer ministro español en su despacho de La Moncloa, la sede del gobierno, en Madrid.
La entrevista que ha dado el Presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, a Antena 3 TV, ha sido muy positiva para afianzarle como un seguro candidato a ganar la reelección en 2016.
Para ese año electoral, ya ni se hablará de crisis, ni de prima de riesgo, el paro se encontrará por debajo del 20%, la economía estará creciendo en casi un 3% del PIB, los casos de corrupción actuales ya estarán resueltos, con los culpables en la cárcel o ya saliendo en libertad, el Rey de España quizá sea ya el Príncipe de Asturias, de la Ley del Aborto ya ni se hablará, no se estarán ejecutando hipotecas ni lanzando a los moradores a la calle, ETA habrá anunciado su disolución, en Catalunya habrá otro gobierno y lo de la independencia será cosa del pasado, o sea: que otro será el panorama en que viva España para entonces.
Por otro lado, el Partido Popular y el propio Gobierno, harán todo el esfuerzo posible para aprobar medidas a partir de enero de 2016 -o quizá incluso desde octubre de 2015- encaminadas a suavizar algunas de las tomadas en 2012 y 2013 para en realidad empezar a cumplir su programa electoral en esos meses pre-electorales.
Poliferarán para esa época electoral las inauguraciones de fábricas, de hospitales, de carreteras; el sector de la construcción se habrá recuperado, los salarios serán más altos y los impuestos más bajos, habrá más coches nuevos en el marcado, los españoles estarán de nuevo viajando al mundo como turistas, la inmigración legal y ordenada estará otra vez cotizando a la Seguridad Social y contribuyendo a la repoblación de España y en síntesis: toda esta depresión de 10 años ya estará llegando a un final feliz en 2017.
LA CRISPACIÓN POLÍTICA SÍ QUE SERÁ UN PROBLEMA
Tal vez un serio problema que tengamos entonces será el incremento de la crispación política, sobre todo creada por los partidos de izquierda para tomar las calles y hacerse ver ante el electorado, a fin de ganar más votos.
Por tanto, los dos años que restan para las elecciones generales en España de 2016 se presentarán en extremo álgidos cada semana que comience y todo me indica que el actual Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, será reelegido por otro período de cuatro años, hasta 2020, mandato que recibirá del pueblo español para que pueda concluir su tarea de llevar a su país a buen puerto, tras la tempesatad que habrán significado entonces casi diez años de profunda depresión económica, financiera y social.
Ni los fines de semana se descansará en España, pues estas jornadas en las que más de 40 millones de personas estamos en nuestros hogares con nuestras familias, son los períodos en los que con más dureza se intercambiarán insultos y se realizarán los posicionamientos tácticos semanales por parte de los principales partidos políticos españoles, en especial el Partido Popular (en el gobierno) y sus rivales, que tendrán que unificarse en un sólido bloque opositor para poder intentar retomar el poder, lo cual veo muy improbable a la luz de hoy, cuando casi se inicia 2014.
A veces da la impresión de que los mítines de sábados y domingos son el colofón que cierra las crispaciones surgidas o creadas artificialmente; pero los fines de semana están sirviendo no sólo para echar la cremallera a las disputas de la contienda del período lunes-viernes, sino que se desencadenan las nuevas broncas que ocuparán el escenario para la semana entrante.
Ya la lucha política ocupa el espacio de revistas, periódicos y blogs, así como el tiempo de la radio y la televisión las 24 horas del día los 365 días del año. Ni descansan ellos ni nos dejan descansar a nosotros. Continuar leyendo
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